martes, 17 de agosto de 2010

Segundo # Notas de Editor


El desarrollo no puede ser sino local, de igual modo que no puede ser sino “humano”, “sustentable”, “endógeno”, porque de otro modo ¿qué entelequia sería? (Boisier, 2005).
Globalización y territorio configuran un par sobre cuya existencia misma hay posiciones encontradas: quienes sostienen que la globalización devalúa el territorio y los que consideran, por el contrario, que lo revaloriza. En rigor, ambas posturas contienen partículas de verdad. Por un lado, las corporaciones globalizadas concentran y localizan en donde les es más conveniente. Pero, al mismo tiempo, las economías de flexibilidad y de diferenciación parecen retornar a aquello de que “lo pequeño es hermoso”. Aunque tampoco el pequeño tamaño puede permanecer “desconectado”, ya que esa carencia de escala lo hace inviable. Por ello, para ser “pequeños” y “gigantes”, al mismo tiempo, se van conformando nuevos encadenamientos o “distritos” ya no sólo industriales sino productivos, en el sentido más amplio de la palabra.
Dr. Mario César Elgue

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