martes, 17 de agosto de 2010

¿COMO AFECTA LA INFLACION A LAS PYMES?

En general, las pymes se encuentran en la situación más débil ante los efectos de la inflación. En las cadenas productivas, muchas pymes se ubican en la zona intermedia entre “aguas abajo y/o “aguas arriba” de la cadena productiva, es decir, son proveedoras de empresas grandes y/o son compradoras de insumos de dichas empresas.

En estas situaciones, la capacidad de negociación de las pymes es baja ante los efectos de la inflación, excepto cuando se encuentran ofreciendo un insumo o producto crítico. Generalmente, son dependientes de las empresas grandes, en mayor o menor medida según si forman parte o no de la cadena valor de las empresas de gran tamaño. Cuando compran deben soportar aumentos en sus insumos y otras condiciones financieras y cuando venden les cuesta trasladar la inflación a los precios.

Cuando las pymes son proveedoras del Estado están libradas a la suerte del  financiamiento público que puede ampliar significativamente los plazos de pago.

La inflación, asimismo, afecta sus disponibilidades de capital de trabajo por la licuación del mismo dado el proceso inflacionario, lo cual las lleva a “corridas financieras” o a endeudamiento inmediato de alto costo.

Asimismo, tienen pocas “espaldas” para determinar bajas de personal en virtud del costo que producen las desvinculaciones. En el mismo sentido, las posibles renegociaciones salariales pueden afectar severamente la situación de las Pymes con un mayor costo de la plantilla formalizada.

No obstante, la situación varía con el posicionamiento que tenga la pymes en su segmento de mercado. Si se trata de una firma con alta calidad de servicio, con propensión a la innovación, con productos de alta calidad, que produce insumos críticos y con un excelente posicionamiento, es decir cuando una pymes es competitiva se encuentra en mejores condiciones para afrontar la situación, pero lamentablemente, mejorar la competitividad no puede hacerse cuando la inflación ya está encima, dado que hubiese correspondido generar las fortalezas con antelación.

En resumen, los efectos directos de la inflación se traducen en mayores costos operativos, menor capital de trabajo, menores volúmenes de venta si hay retracción, dificultades de trasladar los efectos de la inflación a los precios y posible necesidad de endeudamiento de alto costo. Asimismo, la postergación de los pagos por las grandes empresas y la necesidad de cumplir con los proveedores importantes en los términos usuales, afectan aún más su capital operativo.

Cuando las pymes se encuentran en un proceso inflacionario deben soportar reducir sus expectativas de ganancias para mantener la supervivencia de la firma.

Las soluciones para las pymes no pasan por una “estrategia defensiva” de reducción de costos e inversiones en virtud de la cual comienza un círculo vicioso de achicamiento, ni por un mayor endeudamiento bancario que genera una mayor dependencia y mayores costos financieros, sino más bien por una “estrategia ofensiva” consistente en “salir para adelante” a través de acciones tales como: enfatizar las políticas de marketing con nuevos métodos y en otros mercados o con otra gama de productos, mantener el nivel de producción aún con menores ganancias vendiendo hasta el límite del costo variable (posibilidad esta última no muy aceptada, en general, por los empresarios), en mejorar las condiciones de negociación con los clientes y proveedores y en administrar con mucha precisión el capital de trabajo e incluso, considerar la posibilidad de una mayor capitalización.

La estrategia ofensiva implica también un mayor esmero en la gestión para mejorar el desempeño empresarial.

Algunos planteos de reducción de costo salariales en caso de baja de producción pueden negociarse para mantener las fuentes de trabajo, siempre sujeto al grado de conflictividad que pueda presentarse.

Un plan de reducción de costos puede ser una solución cuando la empresa ha acumulado costos “invisibles” en situaciones favorables y que ahora, emergen como costos difícil de cubrir pero en donde la relación costo/beneficio de los mismos no amerita seguir incurriendo en ellos. Una reingeniería de costos fijos podría brindar algún resultado.

La inflación es un fenómeno que afecta en distinta medida a las empresas y la puja por el flujo financiero genera una fuerte rivalidad. Siempre resulta más conveniente o menos negativo para las empresas que tienen fuerte poder de negociación en el mercado.

Responsabilidad social de las firmas con alto poder de negociación y una gestión minuciosa y de reingeniería de las cadenas productivas más sensibles a la inflación serían las acciones de política económica recomendables a inducir a favor de las pymes.

Hugo O. Settembrino




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1 comentario:

  1. Muy bueno el aporte... sabias tus palabras...lo único que he podido comprobar es que frente a la inflación lo mas conveniente es seguir apostando al sector e implementar políticas ofensivas y veo que no son tan convenientes las mas defensivas...!!!

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